El Barça puso el colofón a una temporada histórica. Ni la derrota ante el Villarreal (2-3), la primera en LaLiga en este 2025, pudo empañar la última fiesta del curso del equipo azulgrana. Por novena vez en su historia, y en la primera temporada de Hansi Flick en el banquillo culé, el FC Barcelona cerró la temporada con un doblete (Liga y Copa), además de la Supercopa de España, todos los títulos arrebatados al eterno rival de los azulgrana, el Real Madrid.
Después de celebrarlo por todo lo alto el mismo jueves tras ganar al Espanyol en Cornellà y el viernes por las calles de Barcelona con una multitudinaria rúa, con más de 670.000 culés, ayer tocó el turno de celebrarlo con los más fieles, los que han estado del lado del equipo en estos dos años de exilio en el estadi Olímpic Lluís Companys de Montjuïc, mientras se ejecutaban las obras del Spotifyc Camp Nou, y donde el club tiene previsto regresar el próximo mes de septiembre. Primero, con el pasillo al campeón que le hizo el Villarreal.
Antes del fin de fiesta, con la entrega del título del presidente de la RFEF, Rafael Louzán, los parlamentos y los fuegos artificiales, el Barça quiso fiel a su espíritu de esta temporada, pero esta vez no alcanzó para remontar. El Villarreal se adelantó con un gol de Ayoze, Pichichi nacional con 19 tantos, pero luego remontó con dos genialidades de Lamine, una que acabó con un golazo marca de la casa y otra que no entró por una manopla de Luiz Junior, aunque en la siguiente acción Fermín hizo su golito, esta vez con la zurda tras controlar con la derecha en la frontal del área, justo antes del descanso. Buchanan anotó el definitivo 2-3 del Villarreal, que le servía al equipo groguet para certificar su participación en la Champions la próxima temporada. Pero la derrota no logró aguar la fiesta culé.
Los 49.558 aficionados que se dieron cita en Montjuïc disfrutaron de lo lindo viendo cómo el equipo levantaba el título de Liga tras recogerlo de manos del presidente de la Federación, Rafael Louzán, y del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. Con ellos, también el presidente Joan Laporta, al que los jugadores invitaron a saltar y festejar con ellos.
Ya con laLiga en mano, los jugadores la plantaron en la divisoria del medio del campo y se fueron al vestuario para posteriormente regresar, uno a uno después de que se anunciara su nombre. Se empezó por el staff, con Hansi Flick, el gran artífice del éxito de esta temporada, siendo coreado por todo el estadio. Pedri, Gavi, Lamine y Szczesny fueron los otros más coreados por la afición azulgrana, mientras se disparaba el confeti y se encendías los fuegos artificiales. La guinda de la fiesta llegó con los tres títulos en el centro del círculo central y el equipo y el staff haciendo el corro, una celebración que el pasado jueves no pudieron repetir en Cornellà después de certificar el título.
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Pedri tuvo un detallazo con su amigo Ferran, hospitalizado por su operación de apendicitis el pasado miércoles, mostrando su camiseta con el 7 a la espalda en la foto de familia. En la vuelta de honor, Lamine primero ondeó uno de los banderines junto a Casadó y hasta bailó con la mascota CAT. Y luego los cambiaron por una enorme bandera. Hubo un parón en la portería del gol norte, donde colocaron los tres títulos, se fotografiaron con ellos y cantaron y bailaron el ‘Un día de partit’ con los aficionados, con Raphinha luciendo trenzas azulgranas y una bandera de Brasil. Antes del fin de fiesta, llegó el momento de las fotos con las familias. Iñigo Martínez y su pareja, junto a sus hijos, incluido el recién nacido Pol. Lewy y Szczesny también se fotografiaron con sus hijos y sus parejas. Pedri incluso tuvo tiempo de lanzarle un penalti a su padre, que lo atajó. Fue otra noche mágica, donde solo hubo un pero, los parlamentos de los protagonistas dedicados a la afición el día de la despedida de Montjuïc.