Paliza. Baile. Ridículo… Todos los calificativos se adaptan bien a la goleada que Brasil se ha tragado, gol tras gol (hasta cuatro), en un Monumental que demostró quién es la campeona del mundo, Argentina, una Selección que, hoy en día, está años luz futbolísticos y anímicos (por encima) de la ‘Seleçao’. ¡Qué paliza, por Deus!
Qué torpeza de Romario y Raphinha. Calentaron el choque sin calcular tres cosas obvias: que viajaban al Mas Monumental; que se enfrentaban a la mejor Selección del mundo hoy en día; y que ellos, los brasileños, quitando el trío Raphinha-Vini-Rodry, llevaban una de las peores Selecciones de la historia moderna de su país.
Jugadores como Joelinton, André, Wesley, Murillo, etc… que sí, son de nivel, pero no de un nivel, hoy en día, como para ser titulares en una Brasil herida ante una Argentina subida y más motivada aún por las palabras de Raphinha a Romario (¡vaya favor le hizo a su país!).
En fin, que Argentina, que ya estaba clasificada antes de jugar, salió a ‘apalizar’ (Raphinha ‘dixit’) a su eterna rival. En el minuto 12′ ya iban 2-0; en el minuto 37′, ya se habían ‘comido’ tres los brasileños (si Pelé levantara la cabeza…). Y gracias a ‘Deus’ que ‘El Cuti’ se sobró en una jugada y regaló el 2-1. El baile (paliza) era histórico.
A partir de ahí, vinieron los quilombos. Entrada a Raphinha, lío con ‘Taglia’ y primeras amarillas. La tensión estaba en el césped. Brasil estaba con miedo… no de perder, que se daba por hecho, sino de ‘comerse’ cinco. Quitó a Rodrygo en el descanso (no lo hizo mal el chico)… y la segunda parte empezó más equilibrada, pero la tragedia para Brasil se olía desde Río. Vinicius, por cierto, fue algo más valiente que su equipo, pero tampoco pudo brillar en la ‘nada’ brasileña.
Juego alterno… hasta que, ¡pum!, llegó el golazo de Giuliano Simeone, que había salido minutos antes. Un ‘balinazo’ espectacular al ángulo que rompió la meta de Bento, que ataja… en el Al Nassr saudí (un dato chocante, sin duda). Un 4-1… y gracias, porque Argentina le pudo meter cinco en alguna ocasión final. El daño histórico ya estaba hecho, igualmente.
Ah, y todo esto que leyeron, sin Messi. Con Leo, la sensación es que le meten siete. Así de claro. Así de triste para esta triste pentacampeona del mundo que aún debe luchar su pase al Mundial 2026. Le espera…. una Argentina ¿con Messi?