Opacado desde que volvió de su larga lesión muscular por el primer fichaje invernal del Sevilla FC, un Rubén Vargas que ni siquiera calentó en Anoeta, saboreó de nuevo la titularidad Chidera Ejuke, gran sensación nervionense en la primera vuelta y seguramente al que más echaba de menos la afición blanquirroja. No saltaba de inicio el nigeriano desde el 20 de octubre de 2024, cuando tuvo que retirarse en Montjuic cojeando. Cuatro meses y medio después, sonrió e hizo sonreír al sevillismo, pues ante la Real Sociedad firmó el único gol del partido, su segundo de la temporada y, como un mes antes de romperse, crucial para sumar los tres puntos. Ejuke hizo el ‘hadouken‘, un grito de guerra que sólo recordarán los que peinan canas e, igual que quien esto firma, pasaron su infancia ‘enganchados’ a las máquinas recreativas y a un juego, el ‘Street Fighter‘ (creado en 1987, aunque fue su secuela, la de 1991, la que partió la pana), donde muchas veces se ganaba con un ataque con bola de fuego que sonaba como el apellido del veloz atacante llegado del CSKA de Moscú.
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Así jugaron los nervionenses
NYLAND: 7
Vendido a balón parado, metió dos buenas manos para evitar los tantos de Aguerd y Becker en la primera mitad. Solvente con los pies. No le llegaron con peligro en la segunda mitad, cuando se permitió el lujo de perder tiempo sobre la bocina.
JOSÉ ÁNGEL CARMONA: 5
Le costó tapar a Javi López y Sergio Gómez. Una pésima entrega suya a Sow casi cuesta el gol de Óskarsson. Mejoró, como el resto del equipo, sus prestaciones en la nueva fase, aunque sin alardes ofensivos.
BADÉ: 7
Se le vio con alguna molestia de inicio, lo que no impidió que se mostrase contundente y expeditivo al corte.
KIKE SALAS: 8
Despistado en las marcas durante las primeras jugadas de estrategia en contra, leyó notoriamente mejor desde entonces los ataques realistas, tirando de anticipación e intuición.
PEDROSA: 7
Pese a que Becker le pilló alguna vez la espalda, percutió mucho y bien por su costado, tanto para buscar a Isaac como para disparar él. Ni siquiera Kubo le puso en aprietos.
AGOUMÉ: 6
Suele jugar con sentido y sin complicarse, pero a un ritmo tan previsible que le restaba eficacia. En cuanto subió una marcha, se impuso a sus iguales del anfitrión.
SOW: 5
Corrió más detrás del esférico de lo que le gusta. Trabajó, pero no apareció desde atrás en ataque como otras veces.
SAÚL: 5
Más sacrificado que trascendente, asistió, eso sí, a Ejuke para cambiar su estadística en la primera jugada de la reanudación. Encuentro estajanovista el suyo.
LUKÉBAKIO: 6
Acelerado y precipitado, terminó algo aburrido como referencia en punta, aunque se redimió ejerciendo de asistente de Isaac y Lokonga en sendas transiciones prometedoras. Su clase le impide dejar de brillar hasta en noches poco agraciadas.
EJUKE: 8
El exceso de ganas convertía sus intentos en atolondrados. Le salieron algunos regates, aunque no culminó ningún ataque en la primera mitad. Nada más arrancar la segunda sí alcanzó la red en una gran contra, lo que le dio un plus de confianza para intentarlo con denuedo hasta que las fuerzas flaquearon.
ISAAC ROMERO: 6
Optó por rematar de primeras de semi volea en la más clara de las que dispuso antes del intermedio, que mandó a las nubes, con Marrero ya casi batido. El palo impidió su sonrisa en el 62, tras una gran galopada a la contra. Mucho trabajo, robó el balón que terminó en el 0-1.
LOKONGA: 6
Ejerció de interior y mostró que tiene llegada y rompe bien líneas en conducción. Tácticamente es de lo mejor de la plantilla, habiendo alcanzado un notable nivel antes de su lesión.
JUANLU: 5
Trabajo de contención más que de brillo.
PEQUE: 5
Minutos interesantes en los que atrajo el balón y ganó tiempo.
IDUMBO: 5
Salió en el alargue por Lukébakio para darle resuello y dispuso de un contragolpe en el que disparó a las manos de Marrero.
GARCÍA PIMIENTA: 7
Abogó por un once casi de gala, aunque prefirió la resta de Agoumé a la creatividad de Juanlu, amén de obrar por vez primera desde enero el relevo de Ejuke por Vargas. La jugada le salió bien y, sobre todo a partir del 0-1, el Sevilla ganó en empaque y confianza. Adelantó su defensa para estrechar espacios y dificultar la generación easonense, abogando por una efectiva presión tras pérdida y asumiendo los riesgos justos atrás. Los últimos veinte minutos los jugó con Lukébakio de ‘falso 9’, aunque esta vez acertó con los cambios y el momento de hacerlos.